miércoles, 17 de julio de 2013

Ad Noctum, selección de micro relatos de terror. Paloma Aragón Fidalgo.

Nota de la autora
Hace ya tiempo que quería llevar a cabo este proyecto: escribir los microrrelatos más terroríficos que pasaban por mi mente.
Espero que disfrutéis con mis pequeñas aportaciones al mundo de la literatura española y, lo más importante, que verdaderamente sintáis lo que yo sentí mientras los escribía.
Paloma Aragón.


LA FIGURA
"Cuando tomé la fotografía, ahí no había nadie".

 
EN LA CAMA
No sé cómo hacerle callar. Todas las noches el mismo numerito.
Parece que ni los crucifijos ni el agua bendita le hacen efecto; 
así que tiene prohibido salir de su cuarto.

HAMBRE II
Me perseguía calle abajo.
Tenía una pinta terrorífica con aquel abrigo que le cubría parte 
del rostro y que sólo dejaba entrever una siniestra mirada.
Yo aceleraba el paso y él me imitaba. Serpenteaba por 
estrechas calles que conocía bien, pero no conseguía despistarle.
Cada vez que miraba hacia atrás, veía cómo sus ojos estaban 
clavados en mi bolso: no parecía cambiar de opinión, así que
seguí andando un rato hasta llegar a un callejón sin salida y por fin le acorralé.
Qué fácil me lo puso. Por cierto, su sangre estaba deliciosa.

LA ABUELA
Mamá siempre nos dice que tenemos que cuidar de la abuela. Sólo hay una cosa que deteste más que cambiarle la ropa, y es dormir con ella. Empieza a oler mal y cada vez hay más gusanos.

HAMBRE III
Y en el bosque frondoso, tras varias horas, el ogro seguía engullendo bebés.

HOSPITAL
- Enfermera 216, por favor.
- ¿Sí, Dr. 849?
- Cancele la cita de las once. La reunión con el Dr. 605 y la Dra. 912 se ha adelantado.
- Está bien, pero le aseguro que el paciente protestará.
- Entreténgalo con ayuda de la enfermera 107, que tiene la mañana libre. Tardaré lo menos posible.
- No se preocupe, mañana tiene el día completo: podrá alcanzar mayores cifras durante la semana.
- Muy bien. Siga así y ascenderá enseguida. Recuerde que a partir de las 300 víctimas, el resto es pan comido.

CONDENADOS
Hace ya varios meses que compré la casa. Desde entonces, ella 
no me ha dejado tranquilo. Que si apaga la tele cada vez que
me siento a verla, corta el agua caliente cuando me ducho... 
incluso una vez me llenó la cama de cucarachas para que me 
quedase despierto toda la noche.
Pero hace tres días que no sé nada de ella y la verdad es que me 
siento bastante solo. Si sigue sin aparecer, no me quedará más 
remedio que suicidarme para reunirme con ella y así poder 
perseguirnos durante toda la eternidad.

ASCENSOR
- ¿A qué piso va?
- Voy al quinto, gracias.
- Bueno, tenga cuidado, parece que apenas tenemos hueco.
- Perdone, pero vamos solos.
- Ya… eso es lo que tú crees.

LA MUÑECA
Cuando era pequeña siempre jugaba conmigo y ahora la muy 
desgraciada me tiene aquí, muerta de risa en la estantería. 
Encima dice que soy un “recuerdo”… un cutre y banal recuerdo. 
Pero esto no acabará así. Voy a vengarme. Cuando su madre 
pase la mopa por el cuarto, alzaré la voz por primera vez en 
muchos años para contarle las insensateces que comete su 
querida hijita cuando ella no está en casa.

MALDITA
Y a lo lejos, la niña seguía canturreando una y otra vez 
mientras sonreía y me señalaba, siempre de la mano de su osito 
de peluche:
“ Vamos a por ti… vamos a por ti…”

TOC, TOC.
Toc, toc. Suena la pared.

INSOMNIO
La mano, de piel caída y uñas largas, asomaba bajo la cama.
Siempre responde al inquietante crujido de los muebles. 
Parece que ella tampoco puede dormir.

DECISIONES
- Me diagnosticaron tres meses de vida. ¿Qué podía hacer 
más que disfrutar de la compañía de mi mujer y mis hijos?
- Pues tronco, espero que te cundiera. Has acabado calavera 
como todos los demás.
- Pasé unos días maravillosos, aunque poco esperanzadores.
- Normal.
- Entonces fue cuando se me ocurrió... ¡No me imaginaba 
que Margaret se fuese a enfadar tanto!
- Tío, pensaste en lo mejor para la familia. Pasa de ellos, 
yo te apoyo.
- En fin... al menos podrían haberme agradecido que utilizase 
la pistola, ¿sabes? También había un hacha en casa.

ESPEJO
Al final del pasillo puedo ver cómo me mira. 
Con el pelo alborotado, una infinita barba, 
desnudo y de aspecto escuálido. 
Sus ojos son amarillentos y veo plasmado en ellos, 
un desierto de desesperación. 
Sólo es mi reflejo.

LA CARNICERÍA
Los cien kilazos de “La vaca” han servido para salvar el mes de 
Mayo de mi negocio.
Tendré que hacer lo mismo con el pinche que contraté… 
es una pena, porque es bastante inteligente: 
en un par de días se percató de que descuarticé 
a la gorda de mi mujer.

UN MAL DÍA
La chica lloraba desconsolada al borde del precipicio. 
El conductor de un coche gris y desgastado decidió parar a su lado 
al verla.
- ¿Qué te pasa, joven?
- Mis padres han muerto. No tengo nada más que hacer en 
este mundo. Nuestro coche acaba de despeñarse por aquí y 
sólo yo he conseguido saltar.
El hombre miró a uno y otro lado, asegurándose de que nadie 
les viera mientras se bajaba los pantalones.
- Vaya... parece que hoy no es tu día.












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